Cuando Platón regresó a Atenas en el año 387 a.C., estableció una escuela de filosofía en un jardín, a poco más de 1 Km. de distancia de la ciudad, con olivos, estatuas y templos, denominado Academos, en honor a su primitivo propietario el legendario héroe del Atica. Esta Academia de Platón perduraría durante novecientos años como centro de la vida intelectual griega y llegaría a constituirse en la precursora del pensamiento universitario de hoy al que transmitiría su virtud, sus herramientas, su fuerza y su misión. Misión de transmitir el saber a través de la docencia, de crear conocimiento y formas nuevas mediante la investigación científica y artística y, por último, de transmitir la cultura o sea, como dice Ortega, aquel sistema de ideas vivas que cada tiempo posee y desde las cuales el tiempo vive.
Sapag–Hagar, M. (1997). La búsqueda de la verdad y la excelencia académica: reflexiones sobre el proceso de evaluación académica en la Universidad de Chile. Anales De La Universidad De Chile, (6). Recuperado a partir de https://derechoyhumanidades.uchile.cl/index.php/ANUC/article/view/3136